domingo, 17 de agosto de 2008

Reabrir la línea ferroviaria de la Ruta de la Plata, un reto posible para la provincia

Prensa - laopiniondezamora.es - 17/08/2008
EDITORIAL

La crisis económica, el cambio climático y el alto precio de los carburantes hacen que distintas voces políticas y económicas se estén planteando la recuperación del ferrocarril, un medio más limpio y barato que el transporte por carretera. La provincia de Zamora ha sufrido como ninguna otra las consecuencias del cierre, hace ya veintisiete años, de la línea Palazuelo-Astorga. La multinacional francesa Renault pidió hace unas semanas la reapertura de este servicio de mercancías que le permitiría conectar sus fábricas en el continente europeo con la factoría que proyecta instalar en el norte de Africa. Los empresarios zamoranos apoyan la iniciativa de la firma gala propietaria de un gran centro de producción en Valladolid y han aprovechado la ocasión para volver a dejar oír sus voces en favor de la recuperación de un servicio ferroviario que cumplió una función vertebradora entre el norte y el sur de España y que de reabrirse ahora también beneficiaría a la industria asturiana, agilizando la llegada de sus productos a Africa.
España se ha olvidado en los últimos años del transporte de mercancías por ferrocarril. Las administraciones se han volcado en abrir nuevas líneas de trenes de alta velocidad para viajeros y en llenar la geografía de autovías. Ahora, cuando los problemas económicos agilizados por el incremento del precio del petróleo se han hecho evidentes, llega la reflexión y el querer reconducir una situación que ha llevado a España a liderar el coste del transporte en la UE, con un 9,56 del PIB frente a la media europea del 7,3%. Aquí tiene más peso que en ningún otro estado europeo el transporte por carretera, lo que encarece el servicio. Precisamente los menores costes se dan en Suiza, Alemania, Francia, Inglaterra y Holanda, países donde la presencia del ferrocarril es mayor. Hace 40 años en España el 11% de las mercancías eran trasladadas en vagones, ahora sólo el 2,6%. Las vías ya no llegan hasta los puertos y las locomotoras son más lentas que en la mayoría de los países vecinos.
Hay muchos factores que invitan a potenciar el ferrocarril. España, con 400 millones de barriles al año, es el octavo importador mundial de crudo, con un 70% de las compras destinadas al transporte. Esto supone riesgos en carretera e incremento de la contaminación. El Gobierno quiere cambiar el rumbo de la situación y así se contempla en el Plan Estratégico de Infraestructuras 2005-2020. El presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, en su última intervención ante el Consejo Económico y Social (CES) a principio del verano, adelantó su intención de impulsar el transporte de mercancías por ferrocarril.
Parece, por tanto, el momento propicio para reiterar las petición de la reapertura de la línea férrea Palazuelo-Astorga, un servicio que se cerró el 1 de enero de 1985 por orden del Gobierno socialista de Felipe González y que no se ha vuelvo a abrir a pesar de las promesas electorales en este sentido que hizo José María Aznar en su visita a Benavente el 28 de mayo de 1987. Los 340 kilómetros de vías que se extienden por terrenos llanos se encuentran abandonadas lo mismo que las estaciones y andenes. Desde el cierre del servicio no ha habido intentos serios para recuperarlo. La Junta de Castilla y León llegó a encargar un estudio de viabilidad del tramo Zamora-Salamanca para mercancías y viajeros, pero nunca llegó a concretarse. Los grandes partidos, PP y PSOE, siempre han jugado con la posibilidad de la reapertura, sobre todo en campaña electoral.
La recuperación de la línea beneficiaría a toda la provincia, pero sobre todo a las ciudades de Zamora y Benavente, más incluso a esta última que podría explotar por fin su estratégica posición como nudo de comunicaciones del noroeste de España y volvería a ser atractiva para grandes empresas con intereses en la cornisa cantábrica y con proyección hacia el centro y sur del país.
Pero para conseguir recuperar el servicio no vale sólo con la petición de Renault o la postura favorable de la patronal zamorana. Es preciso la implicación de todas las provincias por donde discurre la vía, de las comunidades de Castilla y León y Extremadura, de los partidos políticos de estas demarcaciones territoriales, de las instituciones, de la sociedad en general. La rehabilitación del servicio no va a ser fácil ni barata. Ha soportado muchos años de abandono. Sólo una fuerte presión social haría replantearse la situación al Gobierno, estudiar en serio la posibilidad de la reapertura. Este es el mejor momento, en plena crisis económica, cuando es necesario tomar decisiones de futuro y cuando numerosos expertos económicos coinciden en la necesidad de potenciar el transporte de mercancías por ferrocarril. La provincia debe creérselo. Pensar que recuperar una línea de ferrocarril histórica todavía es posible, lo mismo que convertirla en el mejor instrumento de desarrollo. El AVE para viajeros y la Palazuelo-Astorga para mercancías, parece un sueño posible, una apuesta que garantizaría el futuro de esta tierra. El reto merece la pena.

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