Algunos en el Bierzo no han salido aún a criticar lo dicho por el alcalde, pero lo están meditando. Y es que no les ha gustado ni un pelo la idea de la regeneración
F. RAMOS
No falla. Basta que alguien de León salga a reclamar lo que considera justo para su tierra para que las hordas castellanas se subleven y envíen sus cazas a bombardearlo. Y si el que habla y reclama es el alcalde de León, las hordas dejan ridícula la fuerza aliada que en la Segunda Guerra Mundial luchó contra los gigantescos cañones de Navarone alemanes. Ha bastado que Francisco Fernández manifestara lo que piensa de por dónde cree que debe guiarse su partido a nivel autonómico en los próximos años, para que Castilla se levantara en armas, aunque lo curioso no es eso, lo realmente curioso es que quienes más le han criticado han sido, precisamente, los suyos. ¿A qué tienen miedo los Melero, Bolaños y compañía? ¿Quizás a que se les acabe el chollo? A estos castellanos no se les ha oído nada contra la Junta de Valladolid, ni sobre la trama solar, ni sobre nada que pueda inquietar a quien durante tantos años les ha estado manteniendo. Claro, que no es de extrañar porque éstos son los mismos que llaman vagos a los leoneses y que tienen por vicio decidir por los demás, como si los leoneses tuvieran la pretensión de pensar por los de Soria o Ávila.
Quizás si esa misma fuerza que emplean contra el alcalde de León la hubieran utilizado contra el PP, a ninguno de ellos les habrían barrido los populares del mapa en sus respectivas provincias castellanas.
¿Y Óscar López? ¿Sabrá controlar a estas hordas castellanas? ¿Tendrá ya pensado que hacer con ellas? Porque que no se engañe, el problema del PSOE no está en León y si tiene alguna duda, que mire los resultados de las elecciones generales pasadas y las de hace cuatros años. ¿Acaso López se cree que las elecciones se ganan viviendo en Valladolid y descansando en Segovia?
No hay comentarios:
Publicar un comentario