viernes, 23 de mayo de 2008

La pasividad para resolver el escándalo del arsénico indigna a los pueblos contaminados

PRENSA - Diario de Leon - 07/05/2008

Tres meses después de los envenenamientos de 13 acuíferos, los pueblos siguen subsistiendo con garrafas y camiones cisterna

El Común exige por segunda vez a la Junta que aclare por qué ocultó el caso de Nistal de la Vega


Marco RomeroM. Romero

La gente empieza a sulfurarse. La pasividad mostrada por las administraciones para dar una solución definitiva a la contaminación de acuíferos por arsénico en al menos trece pueblos de la provincia ha despertado la indignación de los vecinos, quienes tres meses después de conocerse los envenenamientos de depósitos y captaciones por este tóxico continúan abasteciéndose con garrafas de agua mineral que facilita la Diputación de León -cinco litros por persona y día-, independientemente de que los niveles actuales de arsénico hayan disminuido sensiblemente.

Los alcaldes de los municipios afectados están convocados hoy para abordar un problema al que nadie da solución. El encuentro, que tendrá lugar en Nistal de la Vega a las ocho y media de la tarde, pretende poner de manifiesto las quejas vecinales y alertar sobre los problemas de salubridad de los acuíferos ante la inminencia del verano, puesto que está comprobado que la escasez de lluvias eleva notablemente los niveles del metaloide.

Las limitaciones económicas de los ayuntamientos afectados, con competencias directas sobre la red de abastecimiento, está arrastrando un problema de salud pública que se aplazó tácitamente durante las Elecciones Generales de marzo y al que ni la Junta ni la Diputación han sabido poner fin con carácter definitivo. La única alternativa que tienen los pueblos con agua contaminada, tal y como recordó ayer el delegado territorial de la Junta, Eduardo Fernández, es el programa de ayudas para obras de abastecimiento rápido por contaminación que financian Junta y Diputación, con un presupuesto de tres millones de euros que es insuficiente para abordar una problemática cada vez más presente en León. Cuando este presupuesto se agota, la vía que pueden utilizar in extremis los municipios es la percepción de una subvención de la Junta, para lo que deben entregar una memoria económica de proyectos que en la mayor parte de los casos no están al alcance de los pequeños municipios.

El efecto directo de esta indiferencia por parte de las administraciones supramunicipales es que los pueblos con agua contaminada por arsénico continúan como hace tres meses, subsistiendo a base de soluciones provisionales. La Diputación está llevando agua potable en garrafas a Nistal de la Vega (ayuntamiento de San Justo), Castrillo de las Piedras y Tejados (Valderrey) y continúa abasteciendo de agua al resto de poblaciones afectadas por el arsénico con camiones cisterna.

La situación ha sido denunciada incluso por el Procurador del Común. Esta institución, que abrió una investigación de oficio por el escándalo del arsénico, se ha visto en la obligación de enviar un recordatorio a la Junta para que informe sobre sus responsabilidades en la vigilancia del agua para consumo humano -entre ellas por qué ocultó el caso de Nistal- y cómo concreta la realización de inspecciones sanitarias. Fuentes del Común indicaron que, hasta ahora, no se ha recibido ningún tipo de respuesta por parte del Servicio Territorial de Sanidad, mientras que las juntas vecinales y los ayuntamientos requeridos ya han enviado toda la documentación.

Las Cortes de Castilla y León también han evadido el problema. Ayer mismo, se rechazaba una pregunta de la procuradora socialista por León Victorina Alonso, en la que se interesaba por las medidas que está tomando la Junta de Castilla y León para solucionar la contaminación de agua por arsénico en las provincias de León, Segovia, Ávila, Salamanca y Valladolid. Es la enésima pregunta que la procuradora intenta llevar al Parlamento autonómico, en base al informe toxicológico sobre los riesgos por consumo de agua con concentraciones de arsénico en Nistal de la Vega, realizado por Antonio Dueñas Laita, profesor del Área de Toxicología Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid. En este documento se dice textualmente: «Es cierto que en Castilla y León tenemos un problema de arsénico en las aguas que no se debe infravalorar. Hay que ir tomando decisiones adecuadas, pues los datos epidemiológicos surgidos desde el 2000 al 2008 incrementan la importancia de este metaloide como cancerígeno». La Delegación Territorial de la Junta en León realizó un total de 11.043 analíticas sobre el agua para consumo humano en León desde que se detectó la presencia de arsénico en los acuíferos de Nistal de la Vega, en enero de este año, según adelantó ayer a este periódico Eduardo Fernández, titular de esta administración. En León hay 1.259 captaciones de agua potable que abastecen a los habitantes de 1.411 poblaciones.

Más de una décima parte de los análisis se centraron en estudiar la existencia de arsénico en estas captaciones. Los resultados, que ya han sido enviados a las Cortes de Castilla y León, revelan que cuatro redes de abastecimiento -las que abastecen a Castrillo de las Piedras, Nistal de la Vega, Las Salas y Salamón- aún presentan altas concentraciones de este metaloide y otras cuatro se encuentran en niveles muy cercanos a los límites impuestos por Sanidad -son Espinosa de Compludo, Pombriego, San Esteban de Toral y Lombillo-. Por lo tanto, en cuatro de las trece poblaciones afectadas ha desaparecido temporalmente el problema (San Félix, Barrientos, Corniero y Combarros), mientras que ocho siguen sin tener normalizado el abastecimiento de agua potable.

Problemas de cloración

Eduardo Fernández subrayó que la mayor contrariedad que tiene León está en la cloración del agua. Según sus datos, de las 4.746 clorimetrías que se realizaron entre enero y marzo de este año, un 70% superaron los niveles aptos para el consumo humano. «La gente en los pueblos no quiere que el agua sepa a cloro y cae en el error de pensar que el agua es más sana sin clorar», indica el delegado territorial.

El hecho de que la mayor parte de los pueblos no tengan por costumbre sanear las captaciones con cloro ha disparado los positivos en los análisis que miden los microorganismos del agua. De los 2.953 análisis relativos a estos parámetros, 886 no alcanzaron los estándares de aptitud.

Respecto a la medición de nitratos y de flúor, los positivos son prácticamente testimoniales. De las 939 analíticas que midieron el flúor, hubo tres positivos en el área de Valencia de Don Juan, mientras que las concentraciones más elevadas de nitratos se encuentran en La Bañeza (nueve captaciones contaminadas) y Valencia de Don Juan (seis).

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